Entrevista realizada por Manuel López Vásquez
Ya se convirtió en una leyenda del futbol peruano y no precisamente por su edad o porque ya peina canas sino porque el chinchano Víctor Nagaro Bianchi fue el creador del torneo de la Copa Perú. El torneo de futbol amateur que a lo largo de sus 42 años de existencia, se ha convertido en la fiesta más grande del futbol nacional.
Por eso, Don Víctor, no se equivocó cuando creó este campeonato junto a al periodista Rodolfo Espinar y al cineasta Bernardo Batiesky. Y es que como dice el ex dirigente, “podrá desaparecer el Macchupicchu, el río Amazonas pero jamás va morir la Copa Perú”.
Víctor Nagaro empieza su relato desde la época en que vivía en Europa, allá a inicios de los 60 y observo como Italia, Francia y España, tenían campeonatos nacionales. De vuelta en el Perú y como jefe del INRED (antes se llamaba así el Instituto Peruano del Deporte), pensó que su país, podría contar con su torneo amateur. Entonces se asesoró con el periodista Batiesky y con el cineasta “el flaco” Espinar y con la anuencia del gobierno de Fernando Belaunde Terry, se creó en 1966 la Copa Perú.
Al año siguiente, se disputó la primera edición del futbol macho que llegó a jugarse en su etapa final con un hexagonal (seis equipos) en el estadio Nacional de Lima. A este minitorneo se le denominó “La Finalísima” de la Copa Perú que la ganó por primera vez el cuadro de Alfonso Ugarte de Chiclin, de la Libertad. No obstante la modalidad del torneo cambió, pues a excepción de este 2008, los partidos hasta el final son de ida y vuelta para la definición del campeón. En la última edición que finalizó hace poco, se consagró campeón Sport Huancayo de Huancayo al obtener el primer lugar.
La creación de la Copa Perú en 1967, coincidió a la vez con la reorganización de la Liga Distrital de Futbol de Casma y con la unificación de los clubes Unión y Juventud Barrionuevo en el balompié casmeño.
Algo más: Víctor Nagaro Bianchi contó que solía viajar a Casma y Huarmey para cazar palomas en el bosque.
Foto: Cortesía de Gastón Jiménez
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